Existe un telescopio de más de 7.000 pies de altura, formada por más de 5.000 sensores colgando de un conjunto gigantesco de cables. Existe, en este momento, y no puede mostrar una foto de ella.
¿Por qué? Pues bien, el observatorio de neutrinos IceCube ha sido diseñado para detectar un tipo muy específico de la luz. Para ello, tiene que ser oscuro. Y nos referimos a oscuras, como en "tan oscuros que había que enterrar el instrumento más de un kilómetro y medio debajo de la Antártida" oscuro. Es tan abajo que en realidad se mide la distancia en rascacielos.
Se trata de un telescopio inusual en muchos aspectos. Se entierra un kilómetro y medio en la capa de hielo de la Antártida, en lugar de encontrarse en la superficie. IceCube mira hacia abajo, dentro y a través de la tierra, en vez de arriba en el cielo sobre su cabeza.
Lo que IceCube está buscando en realidad es uno de los objetos más pequeños en el universo - el neutrino. Un neutrino es tan pequeño que puede pasar a través de un bloque de plomo de un año luz de espesor, como si se tratara de un espacio vacío. Esto significa que a pesar de que 65 mil millones de ellos están pasando por cada centímetro cuadrado de la Tierra cada segundo, la gran mayoría de ellos (los neutrinos) no se dan cuenta que acaban de volar a través de un planeta.
Por eso el IceCube no es solo un simple cable-telescopio, sino que son de unos 5 000 cables cada uno con un detector digital del tamaño de un balón de basket. Esto es el IceCube: unos 5000 cables y detectores a unos 4 rascacielos de profundidad.
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